Piensa en cómo reacciona tu cuerpo cuando enfrentas una entrevista laboral. Probablemente, sudas más de la cuenta, tu corazón late más fuerte y te costará actuar como normalmente lo haces. Esas son señales de que estás nervioso y es normal que así sea. Las personas tímidas padecen aún más esa situación. Por esto, el portal lifegoesstrong.com publicó un artículo con cinco consejos especialmente para ellos.
1. Prepárate para la cita tanto como puedas. Para que puedas salir airoso de la entrevista debes prepararla con anterioridad. Debes saber de antemano sobre el cargo, la empresa y la situación en la que está. Para esto, es aconsejable que estudies toda la información disponible en la página web de la compañía.
También puedes escribir en el buscador de Google el nombre de la empresa y ver los resultados, qué otros cargos han solicitado y qué opinión tienen las personas sobre la firma.
2. Descubre qué es lo que están necesitando y escríbelo. Deberás ponerte en el lugar de tu jefe para poder determinar qué están buscando de acuerdo a sus necesidades.
Obsérvate desde una mirada realista dejando de lado la modestia y elabora una lista con las habilidades que consideras podrían solicitar. Pregúntate qué tienes de maravilloso que motivará al empleador a tenerte en su compañía y escríbelo. Luego, lleva tus notas a la entrevista.
3. Los reclutadores suelen pedirle a los candidatos que hablen de su persona por lo que lo mejor es que prepares de antemano tu respuesta. Existen varias alternativas aunque la más atinada será aquella de no más de dos o tres oraciones que resuman tu formación y lo que esperas del puesto. Y también apúntalo. Recuerda que no deberá ser muy extensa sino resumir lo más importante.
4. Busca generar una conexión personal con la persona para que te recuerde. Busca elementos en su escritorio que te permitan descifrar intereses en común.
Esa charla informal, aunque parezca menor, será sumamente importante, a veces incluso puede llegar a ser la parte más importante de la entrevista.
5. Haz contacto visual con quien te entreviste, sonríe y cuida tu lenguaje corporal. Si estás nervioso, procura que no lo noten. Las personas tímidas suelen sentarse con los hombros hacia abajo y lucir tensionados.
Sin embargo, lo ideal es que estés relajado, que mires a los ojos al reclutador, que sonrías y respires hondo antes de la cita.
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