Visita: www.facebook.com/posteandoentrujillo
El término “consciencia colectiva” tiene mucho en común con lo que llamamos “percepción extrasensorial” o “telepatía”. Es usado por científicos para describir la práctica humana y animal de compartir comportamientos e ideas con otros por medios puramente mentales. Ya desde el año 1983, Durkheim relacionó este fenómeno con la moral y las normas sociales compartidas por los hombres, y en 1970 se lanzó la teoría de los cien monos.
El término “consciencia colectiva” tiene mucho en común con lo que llamamos “percepción extrasensorial” o “telepatía”. Es usado por científicos para describir la práctica humana y animal de compartir comportamientos e ideas con otros por medios puramente mentales. Ya desde el año 1983, Durkheim relacionó este fenómeno con la moral y las normas sociales compartidas por los hombres, y en 1970 se lanzó la teoría de los cien monos.
Esta última, arrojada por el zoólogo
sudafricano Lyall Watson y su colega Lawrence Blair, utilizó a los monos
macacos de Japón para avalar su teoría. Durante los años cincuenta, los
macacos de la isla de Koshima aprendieron a lavar camotes y
explícitamente le enseñaron a las generaciones más jóvenes a hacer lo
mismo. Este comportamiento después se expandió inexplicablemente hacia
islas vecinas, entre grupos de macacos que nunca habían tenido contacto
entre sí.
Pero recientemente, en el año 2010, el profesor Daryl Bem, un físico de la Universidad de Cornell, se empeñó en demostrar lo mismo en los humanos. Algo definitivamente complicado tomando en cuenta lo elusivo y poco cuantificable que puede ser un fenómeno extrasensorial.
En una de sus pruebas se les dieron a
estudiantes algunas palabras para memorizar. Después se les pidió que
recordaran las más posibles, y finalmente se les dio una selección de
estas para que las escribieran.
Como era de esperase, casi todos los
participantes recordaron las mismas palabras, pero estas palabras,
también, tendieron a ser las que después se les pediría que escribirán.
Esto sugiere que un evento futuro había afectado su habilidad para
recordar.
En otro experimento, se les mostró a los
estudiantes la imagen de dos cortinas en la pantalla de una computadora
y se les dijo que una de ellas escondía una fotografía erótica. Los
estudiantes escogieron la que escondía la foto más a menudo de lo que
podía explicarse mediante el azar. Lo importante es que la posición de
la fotografía fue asignada aleatoriamente por una computadora que no
tomaba su decisión hasta después de que el voluntario escogiera una
cortina o la otra.
Para los creyentes en lo paranormal,
esto sugirió que los estudiantes estaban, de hecho, influenciando
eventos futuros. El profesor Bem llevó a cabo nueve experimentos
distintos, todos los cuales tuvieron resultados parecidos.
A todos nos ha pasado alguna vez que
antes de que suene el teléfono sabemos quién es; o soñamos con alguien y
lo vemos muy pronto; o soñamos con algo que luego pasa en el plano de
la vigilia. Pero es difícil saber si estos fenómenos (¿aleatorios?) son
una predicción del futuro o más bien un conjuro para que sucedan. En el
año 2012, investigadores de la Universidad de Edimburgo quisieron poner a
prueba las afirmaciones de Bem y repitieron los mismos experimentos de
manera exactamente igual.
No pudieron repetir los resultados;
no encontraron nada. El profesor Bem declaró que el escepticismo de los
investigadores pudo haber influenciado los resultados. Los
investigadores, por supuesto, negaron esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario